Ciudadanía y futuro más allá de banderas políticas: entrevista con el Laboratorio de Gobierno de Chile

Miguel Ángel Morales

Por Miguel Ángel Morales

¿Cómo sería la política pública si fuera flexible, ágil, creativa y transparente? Esta pregunta responde a la necesidad de modelos de gestión de recursos y datos que permitan repensar las formas de gobernanza en el siglo XXI. Es justamente una de las inquietudes que interesan a los llamados laboratorios ciudadanos, los cuales ven la urbe como una plataforma en donde la innovación social y la participación de sus habitantes son ejes primordiales.  

Los cambios que acompañan al nuevo siglo han posibilitado la creación y asimilación de un concepto como el laboratorio urbano. En 2013, México contaba con el único laboratorio en toda Latinoamérica, creado por el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera. Cuatro años después, este modelo se ha replicado exitosamente en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Uruguay y México tanto en los niveles federal y estatal como en la iniciativa privada. Desde entonces, por separado cada laboratorio se ha abocado a atender problemáticas que atañen a sus territorios, siempre pensando en que una forma diferente de hacer política es posible.

Uno de los grandes pendientes de estos laboratorios era la congregación y discusión de su relevancia en un mismo espacio. Esta deuda se saldó bajo el concepto de Ciudad Posible, primer encuentro de laboratorios urbanos de Latinoamérica, que tuvo lugar los días 13 y 14 de julio de 2017 en el Centro de Cultura Digital, en la Ciudad de México. Sus principales ejes giraron en torno al presente, futuro y viabilidad de los laboratorios urbanos, la innovación cívica y la participación ciudadana, así como  la tecnología y el prototipaje en las soluciones urbanas.

Entre las diversas actividades se incluyeron las valiosas charlas del director ejecutivo del Laboratorio de Gobierno de Chile, Juan Felipe López. La importancia de este laboratorio a nivel Latinoamérica radica en que se trata del primer laboratorio nacional creado por decreto presidencial, lo cual da pie a la construcción de una visión renovada de la gestión pública en donde la innovación funge como una de sus principales características.

Historiador por la Pontificia Universidad Católica de Chile, con estudios de posgrado en Políticas Públicas y Sociales por la London School of Economics, López ha integrado un equipo multidisciplinario que busca desarrollar, facilitar y promover procesos de innovación enfocados en los ciudadanos. Como responsable del laboratorio chileno, Juan Felipe ha buscado replantear la relación Estado-ciudadanía a través de un mejoramiento de los servicios públicos centrados en las personas y en la implementación de procesos innovadores en los que se privilegie la retroalimentación.

¿Cuál es la importancia de este encuentro de laboratorios en el contexto latinoamericano y a nivel de apertura hacia el mundo?

Lo más importante de un encuentro como este es que laboratorios que hacemos cosas similares en países distintos podemos tener sintonía respecto de ciertos aspectos mínimos que se le exigen hoy en día a los modelos de gobernanza y a las democracias en Latinoamérica. En ese sentido, los laboratorios de innovación son piezas clave para diseñar nuevas lógicas de gobernanza a nivel ciudad o nación, etcétera. Son actores tremendamente relevantes que requieren estar sintonizados y conectados con lo que está pasando en la interacción entre ciudadanos e instituciones.

En ese sentido, me parecen muy oportunos porque efectivamente hay un movimiento de innovación pública en Latinoamérica que está creciendo; se están creando laboratorios a nivel nacional en Argentina, Brasil, Perú, Chile. Hoy en día, se habla de la creación de un laboratorio a nivel nacional en México. Entonces la pregunta es: ¿qué rol va a tener la innovación pública en Latinoamérica, en las democracias? Un evento como este permite precisamente entender cuáles son esos porqués de la innovación pública hoy en día en Latinoamérica.

¿Qué particularidades hermanan las políticas de Chile con las que se han hecho en México y qué desafíos en Chile podrían también verse reflejados en México?

Yo creo que hay dos principios de política pública que son clave: la justicia o la equidad, esto es, que en el fondo los ciudadanos tengan acceso de manera igual a buenos servicios públicos de calidad, que les lleguen a todos; por otro lado, está la eficiencia: cómo el Estado, a partir de replicar proyectos, de la innovación y la creatividad, puede tener un sector público mucho más flexible que se ajuste mejor  a las demandas de la ciudadanía.

En ese sentido, yo veo que tenemos desafíos similares tanto en Chile a nivel de gobierno nacional como en México a nivel de ciudad, por lo tanto, aunque trabajemos en escalas distintas, interactuamos con un volumen importante de ciudadanos con los cuales tenemos que saber relacionarnos. Es interesante porque la población de Chile es casi la misma población que todo el Distrito Federal, por lo tanto, aunque trabajemos en escalas distintas, interactuamos con un volumen importante de ciudadanos con los cuales tenemos que saber relacionarnos.

En la plática que acabas de dar mencionaste cuatro principios del Laboratorio de Gobierno de Chile. ¿Podrías explicar estos ejes?

Nosotros como laboratorio estamos animados por estos cuatro principios que vienen principalmente en las metodologías de la disciplina del diseño. El primero tiene que ver con el foco de las personas. Cuando decimos «foco de las personas» queremos decir que buscamos poner a los usuarios en el centro, pero también revelar el talento que existe en los funcionarios en cuanto fuentes de innovación. En segundo lugar, se encuentra la visión sistémica: si queremos resolver sistémicamente las cosas debemos  tener una visión amplia donde contemplemos las distintas partes de las soluciones que se están diseñando y proponiendo; en tercer lugar, la lógica de la cocreación, que es poder invitar a la mayor cantidad de actores a que juntos con el sector público podamos codiseñar y cocrear las soluciones para los ciudadanos.

Finalmente, la experimentación, que es tener lógicas de prototipar rápidamente cierto tipo de hipótesis o supuestos que tenemos en el sector público y testarlos rápidamente para la ciudadanía.

Estamos en un contexto de crisis en Latinoamérica, las ideologías de izquierda se están reconfigurando y están dando lugar a políticas más, digamos, neoliberales. ¿Cómo se piensa el concepto de laboratorio en contextos tan cambiantes? 

Yo creo que es interesante lo que dices porque terminas haciendo la pregunta como si fueran tal vez instituciones donde gobiernos de centro-izquierda, o más progresistas, son los que se sentirían más cómodos impulsando a los laboratorios. Pero, si uno mira el caso de Latinoamérica y el caso del mundo, diría que pasa todo lo contrario. En el caso chileno, la presidenta Bachelet impulsó el Laboratorio de Gobierno, pero en otros países se está dando algo completamente distinto: el Laboratorio de Gobierno de Argentina fue creado a partir de una coalición de centro-derecha. Lo mismo pasa en el Laboratorio de Innovación de Perú que se está creando ahora; también es un gobierno de centro-derecha.

En Inglaterra, que ha sido también un referente en temas de innovación pública, el Laboratorio del Gobierno ha tomado impulso en el periodo de Teresa May. Lo que quiero decir con esto es que al final de todo, la continuidad de los laboratorios de gobierno no depende mucho del color político del gobierno en turno, depende al final de cuán conectados con la ciudadanía quieren estar las políticas y los políticos del sector público en el futuro. Eso trasciende a toda ideología.

¿Cuál sería el paso lógico para los laboratorios participantes una vez terminado este encuentro?

Lo más importante es visibilizar lo que se hace. Hay diez laboratorios que están participando en este encuentro y la gente que participa en él puede notar el valor que los laboratorios tienen, pero terminado el evento hay una necesidad de visibilizar los resultados que cada uno de los laboratorios ha tenido, como una primera muestra de que hay un esfuerzo que se está desarrollando con algunos niveles de coordinación de poder mostrar que esta nueva forma de gobernanza es posible y que ha tenido resultados. Ya más adelante, si uno quiere desarrollar proyectos en común, por zonas, retos, eso podría ser súper interesante, pero lo primero es visibilizarlo, ya que es una buena forma de poder compartir lo que ha significado esta experiencia de desarrollar laboratorios en el sector público.