Experimento

Peatoniños

Replicabilidad Muy alta
Estatus Implementación
Provocación

¿Es posible desarrollar espacios de juego para la niñez en espacios altamente urbanizados?¿Qué implicaciones podrían extraerse de la relación entre el juego y la narrativa pública para la creación de ciudad?

Historia

En la Ciudad de México, la urbanización desmedida, la desigualdad, la segregación y la pobreza definen de formas distintas la vida de sus habitantes, especialmente de sus casi 2 millones 363 mil 748 niñas y niños [1][1] El término Peatoniños incluye niñas y niños. El término Peatoniñas también se utiliza y de manera intercambiable. entre 0 y 18 años —5 millones en total considerando la Zona Metropolitana del Valle de México [2][2] Red por los derechos de la infancia en México, “La infancia cuenta en México”. (México: REDIM, 2015). (consulta: Abril de 2018) Disponible en http://derechosinfancia.org.mx/documentos/ICM2015.pdf. Debido a lo anterior, es necesario generar las condiciones materiales, sociales y políticas que permitan a la niñez desarrollarse física y cognitivamente de forma justa y plena dentro la ciudad y, sobre todo, promover su reconocimiento como sujetos de derechos y actores sociales.

Cada vez más niñas y niños crecen en un entorno urbano, por lo que no es extraño que organizaciones públicas y privadas se preocupen por generar las condiciones y políticas necesarias que les permitan desarrollarse plenamente a nivel físico, emocional y cognitivo al tiempo que se promueve el ejercicio de sus derechos. A nivel nacional, en 2014 se publicó la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la cual establece la creación de un Sistema Nacional de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.

Mientras, en 2015 se expidió la ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México en la que se les reconoce como sujetos de derechos [3][3] Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), México, 2015. Reporte Anual 2015. Consultado en: https://www.unicef.org/mexico/spanish/UNICEFMX_15_low.pdf. Además, en la recién promulgada Constitución de la CDMX se estipula el derecho a la ciudad —del que el filósofo y sociólogo Henri Lefebvre habló por primera vez en 1968 y que el geógrafo David Harvey revitalizó[4][4] Harvey, David, 2013. Ciudades rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana, Ediciones Akal, S. A., Madrid, 2013.— como fundamental en su artículo 12:

  1. La Ciudad de México garantiza el derecho a la ciudad que consiste en el uso y el usufructo pleno y equitativo de la ciudad, fundado en principios de justicia social, democracia, participación, igualdad, sustentabilidad, de respeto a la diversidad cultural, a la naturaleza y al medio ambiente.
  2. El derecho a la ciudad es un derecho colectivo que garantiza el ejercicio pleno de los derechos humanos, la función social de la ciudad, su gestión democrática y asegura la justicia territorial, la inclusión social y la distribución equitativa de bienes públicos con la participación de la ciudadanía.

Asimismo, garantiza el derecho colectivo de todos sus habitantes, incluida la población infantil, para cambiar y reinventar su entorno de acuerdo a sus sueños y deseos[5][5] Gobierno de la Ciudad de México. Constitución Política de la Ciudad de México, febrero de 2017. Consultado en: http://www.cdmx.gob.mx/storage/app/uploads/public/59a/588/5d9/59a5885d9b2c7133832865.pdf. Sin embargo, pese a este importante reconocimiento, es preciso mencionar que las políticas actuales de la ciudad no han logrado integrar del todo a la infancia dentro de su tejido socioespacial. En el espacio público de juego, la falta de integración se refleja con mayor fuerza.

Obstáculos como la infraestructura centrada en el automóvil, la delincuencia, la desigualdad en la provisión y distribución, junto a la falta de políticas públicas integrales, excluyen a las niñas y niños de dichos espacios, además de convertir a la ciudad en un lugar hostil para ellos[6][6] Gülgönen, Tulin, Laboratorio para la Ciudad. Jugar la Ciudad, Reimaginar los espacios públicos de juego para la infancia en la Ciudad de México, México, 2016. Consultado en: https://issuu.com/labcdmx/docs/jugarlaciudad. Un dato contundente sobre la relación entre la CDMX y la infancia es que la segunda causa de muerte de su población infantil de entre 5 y 14 años está relacionada con hechos de tránsito[7][7] Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (CONAPRA), 2013 Cervantes T., A., Rosas O., S.R., González G., D.A. (2013).Tercer informe sobre la situación de la seguridad vial, México 2013. Primera edición. p. 46. Consultado en: http://conapra.salud.gob.mx/Interior/Documentos/Observatorio/3erInforme_Ver_ImpresionWeb.pdf.

La calle, espacio donde sucede el juego espontáneo que rompe con el orden establecido y puede compensar la falta de espacios de juego de cualquier tipo; sin embargo, es uno de los principales espacios públicos que está perdiendo terreno. En la CDMX, el juego callejero sucede cada vez con menor frecuencia: las preocupaciones de los padres y la internalización de la niñez sobre las amenazas reales y percibidas acerca del peligro físico que representan los autos, la violencia, la delincuencia, la falta de cultura vial y de infraestructura peatonal (banquetas y pasos de cebra), limitan física y psicológicamente a niñas, niños y adultos al interior de sus hogares, lo que fragmenta la experiencia espacial y temporal de la ciudad. La niñez que usa la calle gradualmente desaparece de esta, revelando una profunda ruptura del poder físico, social y psicológico del que dispone para crear e incidir en su ciudad.

Para las niñas y niños jugar en espacios comunes que no necesitan de una infraestructura especializadas —la calle por ejemplo— es vital para el disfrute de la vida diaria, de su desarrollo social, emocional, intelectual y físico. Además de los beneficios más notorios como la salud y calidad de vida, el juego incrementa la autoestima, el autoconocimiento, el respeto personal, la confianza al desarrollar nuevas habilidades; promueve la imaginación y permite relacionarnos con los demás, formar parte de la vida de nuestras comunidades[8][8] Play England, 2016. Por qué el cierre temporal de calles para el juego hace sentido en términos de salud pública (Why temporary street closures for play make sense for public health), Consultado en: http://www.playengland.net/wp-content/uploads/2015/10/Streetplay-briefing.pdf.

Desafío

En la Ciudad de México la mayoría de las niñas y niños tienen que adaptarse a las condiciones urbanas existentes sean o no las apropiadas. A esta situación se suman las preocupaciones de los padres y la internalización de la niñez del peligro real y percibido que representan los automóviles, la delincuencia, la falta de cultura vial y de infraestructura para los peatones (banquetas y pasos de cebra)[9][9] En la Ciudad de México, la segunda causa de muerte de niños entre 5 y 14 años está relacionada a incidentes de tránsito. Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra), 2013. Cervantes T., A., Rosas O., S.R., González G., D.A. (2013). Tercer reporte sobre la situación de la seguridad vial. México, 2013. Primera edición. p. 46. Consultado en: http://conapra.salud.gob.mx/Interior/Documentos/Observatorio/3erInforme_Ver_ImpresionWeb.pdf
INEGI, 2016. “Principales causas de muerte por lugar de residencia, edad y sexo”, México. Consultado en: http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/registros/vitales/mortalidad/tabulados/ConsultaMortalidad.asp
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Habitar la ciudad se convierte en una actividad que se limita al interior del hogar, lo que fragmenta la experiencia social, espacial y temporal de lo urbano[10][10] Jugar la Ciudad es una publicación que identifica los retos a los que se enfrenta el diseño de espacios de juego en la Ciudad de México. Mapea las áreas del gobierno involucradas en su creación, y propone las recomendaciones y herramientas para su evaluación. Gülgönen T., Laboratorio para la Ciudad, Jugar la Ciudad: Reimaginar los espacios públicos urbanos de juego para la infancia en la Ciudad de México. México, 2016.: y se refleja, entre otras cosas, en la disminución de niñas y niñas en las calles.

La reapropiación de la ciudad, de sus territorios por parte de la niñez es uno de los retos más importantes a los que se enfrenta la CDMX. En este sentido y como un primer paso para lograrlo resulta fundamental facilitar el acceso y detonar la creación de espacios públicos en el exterior que faciliten o potencien formas más incluyentes de hacer la ciudad.

Un primer desafío consiste en la cocreación de espacios de juego en la calle utilizando los recursos sociales, materiales y tácticos disponibles en zonas de la ciudad con índices de desarrollo medio o bajo, en donde los espacios de juego predefinidos como parques o áreas verdes son escasos o inexistentes. El desafío mayor consiste en que, a través de esta cocreación y la expansión del espacio público jugable a la calle, se promueva el derecho de la niñez a la ciudad y al juego de forma colectiva.

Se pretende producir manifestaciones físicas de usos alternativos de las calles como espacios de juego que demuestren el derecho a la calle para la niñez y los adultos, más allá de los paradigmas espaciales del modelo actual centrado en el tránsito vehicular y de aislamiento social. También se busca retomar y manifestar a través del juego una nueva condición urbana en la calles, la cual proporcione un momento de ruptura en la lógica convencional sobre el uso del espacio público y transforme la percepción de las niñas y niños sobre su poder para incidir en el espacio físico que habitan. En otras palabras: el desafío es imaginar y crear una ciudad que libera las calles para el juego y los niños.

Propuesta

Peatoniños es una alternativa de bajo costo y viable para convertir las calles como áreas de juego destinadas a servir como espacios recreativos y lúdicos para que los niños las usen en actividades como jugar, conversar con los vecinos, imaginar mundos diferentes o hacer nuevos amigos. Este proyecto ha demostrado, a pequeña escala, que puede contribuir a promover y generar un primer acercamiento para las niñas y niños al derecho a la ciudad a través de la apropiación de las calles y el enfoque pedagógico de las actividades que se realizan en ellas. Lo cual puede a largo plazo abonar y fortalecer los procesos de cohesión social, mejorar la seguridad en las calles y garantizar el derecho de los niñas y niños de la ciudad y a crear un entorno que promueva su desarrollo y bienestar.

Se propone expandir el juego a las calles de la CDMX para subsanar la falta de espacios públicos de juego propicios para la infancia, a través de la planeación, diseño, implementación y evaluación de calles de juego. Esto en zonas: 1) donde el número de niñas y niños es alto, 2) donde no hay, o hay muy pocos espacios abiertos o áreas verdes[11][11] El proceso para la selección de las calles de juego se realiza a través de una proceso dividido en dos etapas. En primer lugar, se realiza un análisis urbano y espacial a través de herramientas de Sistemas de Información Geográfica (SIG). Para este propósito, se desarrolló un mapa que permite visualizar tres capas simultáneamente: grado de marginación a la escala de AGEB (Área Geo-estadística Básica), el número de niños por manzana (datos INEGI) y los espacios abiertos —espacio público y verde— (dibujados a partir de los planes de desarrollo urbano delegacionales y parciales). Esta herramienta permite identificar zonas de acuerdo a los tres criterios de selección: áreas de marginación media a muy alta, con alta concentración de niños y que experimenten déficit de espacio abierto. Una vez que se selecciona la calle mediante el análisis urbano, de datos y territorial, el equipo que realiza Peatoniños visita el área y la calle seleccionada para evaluar si es posible o no llevar a cabo la intervención. Se habla con los vecinos, se busca su consentimiento y se inicia un proceso de diseño centrado en la comunidad para promover su participación. Mapa: https://isaac15.carto.com/viz/73ed5fea-dbf5-4360-9d5c-4e034c647464/public_map; y 3) donde el índice de desarrollo es medio o bajo: mediante la expansión y apropiación del espacio público existente en la CDMX se busca promover el derecho infantil a la ciudad y el juego.

Una calle de juego es una intervención urbana que consiste en cerrar temporalmente al tránsito motorizado de una calle específica para emular un espacio de juego en ella. Peatoniños consiste en la adecuación de una serie de calles de juego que responden a las necesidades del contexto de la CDMX. Busca liberar y recuperar temporalmente las calles para que las niñas y niños se apropien de ellas a través del juego.

Cada una de las calles de juego se adecúan a partir de tres estrategias: 1) el diseño centrado en la comunidad, 2) el análisis urbano de espacios a través del uso y desarrollo de herramientas GIS (Sistema de Información Geográfica) desarolladas en el Laboratorio para la Ciudad , y 3) el acercamiento pedagógico al derecho a la ciudad, el juego y la seguridad vial. Con cada calle de juego de Peatoniños se pretende desarrollar recomendaciones de política pública que refuercen el sentido de apropiación e injerencia que tiene la niñez en su vivencia y construcción de ciudad.

Teoría de cambio

En la Ciudad de México existe la dotación de espacios abiertos es sumamente desigual en términos de acceso y calidad. Consideremos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda 9m2 de áreas verdes por habitante para una buena calidad de vida[12][12] Organización Mundial de la Salud, OMS (2015). Recomendación de áreas verdes para una buena calidad de vida.. En la ciudad, mientras que en la Delegación Miguel Hidalgo, en donde la población de niñas y niños es la más baja, el promedio de áreas verdes por habitante es de 40m2, en la Delegación Iztapalapa, la delegación con el mayor número de niñas y niños[13][13] La población de niñas y niños en la delegación Miguel Hidalgo es de 78706, mieentras que la de Iztapalapa es de 547462 niñas y niños. Red por los derechos de la infancia en México, “La infancia cuenta en México”. (México: REDIM, 2015)(consulta: Abril de 2018). Disponible en: http://derechosinfancia.org.mx/documentos/ICM2015.pdf, el promedio de áreas verdes por habitante es de 6m2.

Dichas áreas pueden ser zonas de arbolado, pastos o arbustos[14][14] Laboratorio para la Ciudad, 2016. Análisis de áreas verdes CMDX elaborador por la dirección de geografía urbana del Laboratorio para la Ciudad. México. El análisis se realizó con base en datos para áreas verdes de PAOT (2010): Presente y Futuro de las áreas verdes y arbolado de la Ciudad de México. Para población 2015 INEGI Conteo de Población y Vivienda 2015. El índice verde se realizó con cálculos propios del Laboratorio utilizando datos de áreas verdes del inventario hecho años anteriores al dato de población.. Por otro lado, en cuestión de espacios urbanos de juego, es difícil conocer cómo se encuentran distribuidos en la ciudad y de qué tipo son.

No existe un catálogo oficial y abierto (datos abiertos) que incluya (más no se limite a): dotación de metros cuadrados de área verde y árboles, infraestructura con la que cuenta y si contiene mobiliario de juego. Al observar estos datos, resulta evidente la necesidad de comprender el espacio abierto, no sólo el verde sino el diponible para el juego y la recreación, desde la perspectiva de la justicia espacial para así abordar los desafíos a los que se enfrenta la población infantil en la CDMX cuanto al acceso y el uso de los espacios y la infraestructura urbana.

Para Edward Soja, la injusticia espacial se transmite en el espacio desde la escala local hasta la global. Los espacios que resultan de las injusticia espacial, “las geografías socializadas de la (in) justicia afectan significativamente a nuestras vidas, creando estructuras duraderas de ventajas y desventajas distribuidas de manera desigual[15][15] Edward W. Soja, (2010). En busca de la justicia espacial, Valencia, Tirant Humanidades, 2014. P. 52”.

Tomando lo anterior como referencia la teoría de cambio puede de Peatoniños puede estructurarse de la siguiente manera:

  • Si se cierra una calle a los vehículos motorizados de forma temporal y llevando a cabo diversas actividades lúdicas y pedagógicas, pueden emularse espacios de juego en zonas de la CDMX donde no los hay.
  • Si se adecúan estas calles de juego, pueden funcionar como una herramienta lúdica y de participación ciudadana para:
    • Generar una apropiación del espacio público.
    • Reforzar las interacciones sociales existentes.
    • Generar nuevas interacciones.
    • Crear a través del uso del espacio un poder vital sobre el mismo —o su transformación en espacio habitable— relacionado al ejercicio del derecho a la ciudad y el juego de la niñez en la Ciudad de México.
Resultados
  • En cada calle de juego se ha experimentado con distintas actividades lúdicas que tienen como propósito acercar a las niñas y niños a conceptos como el derecho a la ciudad, el juego y temas relacionados a la seguridad vial.
  • Además de las calles en la lista a continuación, la primera calle de juego autogestionada por un colectivo ciudadano de forma independiente se llevó a cabo en el Callejón de la Amargura, ubicado a un costado de la plaza Garibaldi.
  • Cada una de las calles de juego tuvo una duración promedio de 4 horas.
  • Las últimas dos calles de juego, las cuales se llevaron a cabo en Iztapalapa se realizaron en colaboración con la Dirección Territorial de Paraje San Juan y el SIPINNA (Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes) de esa delegación. La participación infantil y adulta más alta se ha dado en esa delegación. En la Polvorilla participaron 150 niños, 30 adultos y un equipo organizador de 15 personas.

Hasta julio de 2018 se han realizado:

  • Ocho calles de juego en distintas zonas de la CDMX en las delegaciones:
    • Cuauhtémoc (colonias Doctores, Obrera, Buenos Aires, Morelos)
    • Coyoacán (colonia San Francisco Culhuacán)
    • Iztapalapa (colonia Santiago Acahualtepec, La Polvorilla y Desarrollo Urbano Quetzalcóatl).
  • Una calle de juego en la Plaza Navier, en el Distrito 17 en París, Francia

En promedio, en cada calle han participado:

  • 50 niñas y niños
  • 17 adultos
  • De acuerdo con los resultados de las intervenciones realizadas a lo largo de 2016, 2017 y 2018 en cada calle de juego se han podido ver distintos niveles de participación de la comunidad. En la delegación Iztapalapa, la participación ha sido la más alta. En este territorio, el número de niñas y niños es el más alto de la Ciudad de México, además de contar con el menor número de áreas verdes por habitante. Uno de los aspectos más importantes que se ha observado como un posible factor que incide en el nivel de participación es la colaboración institucional con la Dirección Territorial y el SIPINNA Iztapalapa. Se ha observado, entonces, que el grado de participación es el resultado de dos factores:
  • La existencia de actores relevantes para la comunidad (comités vecinales, líderes comunitarios, direcciones territoriales, SIPINNA local y voluntarios).
  • El involucramiento de tales actores antes, durante y después de la calle de juego a través de trabajo de campo profundo en la calle donde se realizará Peatoniños, capacitaciones para los facilitadores y colaboración estratégica para distribuir responsabilidades, acciones y aprendizajes.
Aprendizajes

Derivado de los prototipos de Peatoniños, resultó necesario puntualizar los aprendizajes del proyecto, los cuales se enumeran a continuación:

  • Compartir la visión del proyecto. Para la realización de una calle de juego es importante que desde el inicio del proceso se involucren vecinos y voluntarios. Las actividades de la etapa del Antes, tanto identificar la calle con las herramientas SIG como el involucramiento y colaboración con los vecinos, es crucial para que la intervención se realice exitosamente. Es importante poder comunicar de manera clara la importancia y el beneficio de Peatoniños a los vecinos.
    Asimismo, será necesario trabajar con los agentes más proactivos de la comunidad para definir una visión compartida del proyecto y encontrar posibles soluciones a los problemas que se presenten. Con Peatoniños, los actores que se han identificado como más activos dentro una comunidad al realizar una calle de juego son: los dueños de tienditas, los dueños de locales de servicios cercanos, las escuelas y los líderes vecinales. Estos actores pueden funcionar como nodos dentro de la comunidad para conectar a los vecinos y facilitar la realización de la calle de juego. Por otro lado, se reconoce que es igualmente relevante identificar a aquellos actores en desacuerdo y tratar de legitimar la intervención, primero socialmente y luego a través de la presentación de datos duros y estadísticas que demuestre la importancia de iniciativas como Peatoniños.
  • Motivar a distintos actores. Otro de los aprendizajes más relevantes ha sido que el involucramiento de expertos para definir los distintos retos o problemas que se intentaban abordar con cada intervención ha ayudado a enmarcar el proyecto desde distintas visiones, a la par de fortalecerlo. Las intervenciones más exitosas a nivel teórico y práctico han sido aquellas en las que se colabora con aliados expertos que han podido traducir de manera práctica nuevas formas de entender el juego en la calle. De la misma forma, estas colaboraciones han ayudado a perfeccionar la forma en la que se estructura el proyecto a nivel narrativo, lo cual ha permitido generar un interés muy amplio y atraer de forma más sencilla y expandida a interesados ​​potenciales.
  • Documentar, documentar y medir. Es crucial estructurar y documentar la forma en la que cada uno de los prototipos se lleva a cabo. Con Peatoniños, esta fue una tarea con rubros que deben mejorarse. El registro de las actividades y el planteamiento de indicadores claros para la posterior medición de impacto no se realizó de manerasistematizada en su totalidad. Si bien esto es fundamental también es importante mencionar que debido a que cada intervención tenía objetivos específicos distintos, las nuevas variables agregadas o rectificadas hacían de esto una tarea complicada. Los aprendizajes prácticos seguían cada uno de los prototipos, los cuales fungieron como proyectos experimentales que robustecieron el proyecto.
  • Planear la estrategia de salida. Establecer el marco de tiempo de cada una de las etapas del proyecto, los hitos y los indicadores de éxito es fundamental para que el proyecto pueda fortalecerse y replicarse. Después de realizar los prototipos de calles de juego, como parte de esta estrategia, se pudieron definir los roles para los diferentes actores y expertos que necesitan estar involucrados para realizar una calle de juego exitosa, cuyo impacto sea mayor y sostenible, y se están empezando a producir una serie de pasos claros a seguir para replicar y escalar el proyecto, sistematizando los aprendizajes y experiencias de las calles de juegos de Peatoniños realizadas por el Laboratorio para la Ciudad. Peatoniños ha demostrado, sin embargo, que para que este tipo de experimentos urbanos funcionen de manera exitosa es necesario trabajar desde dos perspectivas paralelas, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.
Futuro

Peatoniños sigue en la búsqueda de cómo facilitar la colaboración entre niñas y niños, comunidad y gobierno local para la creación de mejores calles de juego en la ciudad. Esto involucra definir los procesos participativos, con las vecinas, vecinos, líderes comunitarios y las instituciones gubernamentales, que se pueden seguir para seleccionar la calle, diseñar elementos lúdicos apropiados y otras actividades que se pueden realizar durante una intervención. También se ha identificado como indispensable el desarrollo de manuales con recomendaciones de actividades, metodologías y procesos de coevaluación que puedan contribuir a la replicación de las calles de juego.

Después de realizar distintos prototipos de calles de juego, se han generado las recomendaciones para realizar calles de juego que vayan más allá de cerrar calles y jugar en ellas y sobre todo medir su impacto. De la misma forma se ha elaborado un manual de replicabilidad que puede funcionar como guía para llevar a cabo Peatoniños y que contiene herramientas cuyo fin es generar indicadores sobre cómo funcionan y qué impacto tienen para la comunidad. Estas recomendaciones y este manual son parte de una visión amplia de cómo podemos en colectivo crear una ciudad más inclusiva en donde las necesidades de todos puedan ser subsanadas de forma tangible.

Actualmente junto a las Direcciones Territoriales, el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), la Comisión de Participación Infantil del DIF, así como diversas organizaciones de la sociedad civil se han generado los aprendizajes necesarios para implementar calles de juego de forma más sostenida y recurrente en la delegación Iztapalapa, lo cual permitirá generar datos e información relevante para escalar el proyecto y medir su impacto.

Además, como resultado de la colaboración con la Dirección Territorial de Paraje San Juan y SIPINNA Iztapalapa, se prototipará la primera calle de juego permanente de las niñas y los niños en Iztapalapa. Esta calle de juego representará la primera tipología de calle de niñas y niños a nivel nacional e internacional.