¿Cuáles son las herramientas y acciones concretas que pueden usar la ciudadanía y el gobierno para impulsar el sentido de pertenencia y así recuperar espacios públicos a través de los lazos comunitarios y catalizando experiencias que transformen el imaginario colectivo?
Las organizaciones Project for Public Spaces (PPS) y Lugares Públicos realizaron un taller de placemaking en la Azotea del Laboratorio con el objetivo de imaginar cómo se pueden crear mejores espacios públicos en la Ciudad de México. En la actividad, ambas organizaciones hablaron de casos locales e internacionales de Alianzas Público-Privadas (APPs) que han transformado el espacio público a través de la participación ciudadana.
Asimismo, abordaron modelos de alianzas de carácter público-privado que surgieron en proyectos de transformación de espacio público desde la perspectiva placemaking, un enfoque práctico que pone a las personas en el centro de reimaginar colectivamente los espacios públicos para la mejora de las ciudades.
Para PPS, el placemaking promueve la idea de que los espacios públicos son el corazón de nuestras colonias y que quienes las habitamos tenemos el poder de reinventar su diseño para que se adapte a nuestras necesidades. PPS proporcionó algunos ejemplos que muestran cómo el placemaking ha transformado espacios públicos en varias ciudades como Detroit y Nueva York.
Ante la pregunta “¿Por qué necesitamos inversión privada en espacios públicos en la Ciudad de México?”, Guillermo Bernal, de Lugares Públicos, indicó que es necesario poner sobre la mesa la realidad de los espacios públicos hoy en día dado que si bien el gobierno puede tener los recursos para rehabilitarlos, no tiene suficiente dinero para invertir en su mantenimiento. Por ello, señaló que es necesaria la alianza entre gobierno y el sector privado para involucrarse, siempre y cuando la comunidad participe en el proceso y se apropie de los espacios públicos para obtener una responsabilidad compartida.
Los participantes se enfocaron en nombrar espacios públicos de la CDMX con la idea de identificar aquellos que funcionan, los que podrían ser mejorados y los que tienen potencial pero que actualmente no son atractivos. Estos espacios fueron identificados con un código de color en un mapa de la Ciudad de México.
Durante esta actividad, algunas ideas compartidas por el grupo fueron: