El capital cívico es el conjunto de activos intangibles y tangibles de una comunidad y territorio que soportan e impulsan la confianza y cooperación entre vecinos, ciudadanía, instituciones y/o gobierno; así como participación en la vida pública y compromiso social, barrial y comunitario. Se refiere a actitudes, normas, valores, habilidades y conocimientos que favorecen la convivencia, la cohesión, la pertenencia, la no violencia, y la solidaridad; al igual que acciones que fortalecen las comunidades. Implica códigos para mantener acuerdos, respetar la ley y las instituciones. El capital cívico no es estático sino dinámico: puede crecer, reducirse y depreciarse; ser nutrido, fomentado, catalizado y potenciado, pero también inhibido.