El derecho al juego es la capacidad, libertad y habilidad de niñas y niños para explorar el entorno que los rodea —estímulos y fascinaciones incluidos—. Asimismo, el derecho al juego establece las obligaciones y responsabilidades de los gobiernos y sociedades en la creación de las condiciones, entornos y plataformas para el juego libre. La Convención [1] sobre los derechos del niño de la ONU ratifica el reconocimiento de los niños (seres humanos menores de 18 años) como sujetos de derechos, individuos con derecho a un pleno desarrollo físico, mental, social y a expresar libremente sus opiniones.