Camino a Dr. Gálvez recordaba el mismo trayecto que hacía cuando salía de noche de la universidad en San Rafael, y tenía que recorrer Insurgentes para tomar mi autobús con dirección a San Ángel. En esos viajes, la noche era una amenaza, oscura y fría en una megalópolis imponente como la Ciudad de México. La espera se volvía una experiencia extrema, con la adrenalina a tope. Estar sola, en la oscuridad, mientras los minutos pasan y pasan, cada momento deseando ver la luz de los faros del camión. Pensaba entonces en las miles de personas en la ciudad que viven de noche y que podrían experimentar lo mismo. Qué maravilla sería no tener que esperar, ¿no?
Ese día llegó. La cita fue a las 23:59 pm del 27 de julio, día que se inauguró oficialmente el servicio Nochebús Insurgentes con horarios fijos por parada. Llegamos a la estación Dr. Gálvez junto con una multitud de peatones, y caminamos hacia el parabús en dirección a Indios Verdes. Varias personas se reunieron para abordar el primer nochebús cronometrado. Ahí estaban el equipo de Ciudad Peatón del Laboratorio para la Ciudad, representantes del Banco Interamericano de Desarrollo, de la Secretaría de Movilidad y de asociaciones civiles, todos guardaban una mezcla de emoción y nerviosismo al presenciar el momento en que el primer prototipo se pondría a prueba con usuarios. A cinco años de implementado este servicio nocturno, era razonable que surgieran dudas derivadas de su funcionamiento habitual: ¿Y si el autobús no cumplía con las horas indicadas?, ¿y si los parabuses elegidos no tienen la afluencia esperada de pasajeros?, ¿y si la información sobre rutas, horarios y mapas no es lo suficientemente entendible?, ¿y si el logo e imagen nuevos no generan el suficiente impacto en la población que viaja a altas horas? Sin embargo, los ánimos eran más que las dudas.
Semanas antes, el equipo del Laboratorio para la Ciudad acompañó a los conductores del nochebús en su capacitación, todo con el fin de que la llegada a las paradas fuera exacta. Fueron varias horas trabajadas en madrugadas en la sede de Indios Verdes, en donde los choferes demostraron el porqué son el corazón y maquinaria del Nochebús. Como todo engranaje, sólo era necesaria coordinación básica y diversas charlas.
Eso nos lleva nuevamente al día esperado. A las 00:10 horas, Jorge Cáñez, coordinador del área Ciudad Peatón, dio un agradecimiento a los involucrados en el proyecto e invitó a todos a interactuar con los materiales gráficos y visuales ya instalados en el parabús Dr. Gálvez. Una estela pegada a uno de los postes muestra las 71 paradas que fueron pensadas y reubicadas a partir de un estudio hecho por la agencia Steer, la cual tomó en cuenta los puntos más frecuentados de Insurgentes en el horario nocturno; debajo de las paradas, se encuentra una tabla con los horarios programados para la llegada del camión a ese paradero: 00:20, 00:40, 01:00, 01:20, 01:40, 02:00, 02:20, 02:40…
En el espacio instalado arriba de la banca de espera se encuentra un mapa con la red completa del servicio Nochebús: 11 rutas de transporte público que se extienden como venas a lo largo de la mancha urbana y que mantienen viva la ciudad de noche; líneas de colores con nombres de avenidas y colonias que transportan diariamente a médicos, estudiantes, comerciantes, trabajadores de bares o personas que salen de fiesta. Con un diseño legible es posible navegar por la estela y el mapa, y apreciar un mapa de barrio y diseño amigable que hacen más destacable un servicio ya existente pero poco conocido. Posiblemente, no muchos piensen en esta mejora porque en general el Nochebús es un transporte subutilizado: en promedio entre todos sus recorridos de Doctor Gálvez a Indios Verdes y viceversa sólo lo utilizan 705 usuarios en el lapso que comprende de la medianoche a las 5 de la mañana de lunes a viernes. Una imagen fresca y distinguible (sus colores azul cielo y marino son un guiño a la señalética del metro y pueden verse en la madrugada) busca revertir eso. Los resultados se verán en unos meses.
El camión arribó a las 00:20, hora marcada en la tabla de horarios pegada al parabús Dr. Gálvez. Antes de subir, Jorge Cáñez y José Manuel Landín del equipo Peatón cortaron un listón rojo del primer camión en transitar puntualmente. Este pequeño gesto representó a su vez un gran avance en la mejora de servicios de transporte, ya que invita a pensar que la puntualidad característica de diversas ciudades o países en sus sistemas de movilidad es posible también en México; que los retrasos, la mala práctica de “hacer base” de los microbuses y combis y la planeación de las actividades de cada persona se puede llevar a cabo sin contratiempos. Junto a la emoción de los asistentes, el conductor y el supervisor del servicio Nochebús celebraron también, tomaron fotos y se unieron al corte de listón.
Antes de partir, el camión se llenó poco a poco de testigos, ovaciones y aplausos. Casi todos los asientos fueron ocupados. A las 00:25 cuando el camión ya estaba en camino, la sensación era como regresar a uno de esos viajes de primaria en donde el camión se convertía inevitablemente en una fiesta. Los siguientes paraderos cotidianos verían, extrañados, cómo el vehículo se volvía un espacio tan festivo en movimiento. Gente que silenciosamente se recarga en la ventana del autobús y cierra los ojos hasta llegar a la estación en la que descenderá. Amigos que se sientan juntos y platican en el trayecto que pasa por las colonias Guadalupe Inn y lugares icónicos del sur de la ciudad. Otros tantos van parados y se acumulan a medida que el Nochebús avanza sobre la avenida más grande del país. Mientras, el equipo Peatón se concentraba en monitorear, con cronómetro y tabla en mano, cada parada realizada, comprobando que el transporte cumplía fielmente con sus horarios.
La Bombilla, Teatro Insurgentes, Félix Cuevas, Parque Hundido, Polyfórum Siqueiros, Chilpancingo, Medellín, Álvaro Obregón. El nochebús recorrió la Avenida Insurgentes con la precisión del reloj de Ciudad Peatón para llegar a la primera hora marcada en el poste del paradero de Álvaro Obregón: 00:45 horas. Ahí, el equipo Peatón cerró con broche de oro el recorrido de la primera ruta que marcaría un precedente para fortalecer nuestra red de transporte público. Incluso puede pensarse como un avance rumbo a la implementación de un Sistema Integrado de Transporte en donde autobuses corran ordenadamente en cada una de las 11 rutas y más de 300 kilómetros que recorren diariamente 14 demarcaciones de la ciudad, los 365 días del año de las 12:00 a las 5:00 de la mañana. Además, existe el reto de escalarlo en los límites que dividen a la CDMX y al Estado de México. Mientras, se ha dado el primer paso.
Desde aquella noche, el peatón de Insurgentes sabría la hora exacta en que llegaría su nochebús.